“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. (Mateo 5:4–8) Gracias Jesús por tu gracia y sacrificio, somos salvos, amén.
Nuestras lágrimas no son en vano con Él, la tiene todas contadas (Salmos 56:8–13) y lo bonito y hermoso es que nos da esa paz que el mundo no la da (Juan 14:27, Filipenses 4:7). “Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.”(Salmos 34:19)
Somos creaturas de Dios hechas por Él y para Él, pero el libre albedrío no da la voluntad para elegir servidle o no, todos, absolutamente, todos padecemos lo mismo como dice: Eclesiastés, la muerte es para el justo como el injusto. (Eclesiastés 9:2–3, Eclesiastés 3:20), y yo digo: las aflicciones son para las creaturas de Dios como los hijos de Dios.
Somos hijos de Dios, adoptados solo y cuando, creemos en Jesús su hijo unigénito(Juan 3:16, Efesios 1:5) y el sacrificio que hizo a través de su muerte (1 Corintios 15:3–4). Si creemos en Él, podemos pasar de muerte a vida, de desesperanza a luz.
Antes de aceptar a Cristo (Criaturas de Dios):
Cuando llorábamos era un desahogo del alma y una incertidumbre sin saber si las causas de nuestras lágrimas iba a tener solución, nos sentíamos desahogados, pero a la vez preocupados e incluso orábamos al Dios a cuál no le servimos para que sanara nuestra alma, pero nuestra esperanza era vana o nula. Era una vida haciendo lo que yo quiero y sin garantía de que nada saliera bien. ¿Vivir porque no queremos morir, pero realmente estábamos viviendo?
Después de aceptar a Cristo (Hijos de Dios):
Lloramos porque somos humanos y las mismas cosas nos suceden a todos, dicho previamente ( Eclesiastés 9:2) Pero ahora nuestra esperanza es Cristo, sabemos que Él tiene un plan, que siempre, siempre es “pensamientos de paz, y no de desgracia, para daros un porvenir y una esperanza.”(Jeremías 29:11–12) incluso recibimos consolación inmediata y podemos seguir el día de mañana porque cada día tiene su propio afán, sabemos que Él está atento a nuestras necesidades y no se olvida. Su propósito siempre se cumple en nosotros si somos obedientes a Él y hacemos lo que Él nos dice (Juan 15:9–10)
Esa es una mejor y gran diferencia, Creerle a Él, escucharle a Él, Confiar en Él y Esperar en Él.
Dios les bendiga,
Jesús:
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”(Juan 15:13).
“Para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.” (Juan 15:16).
🎶“Jesús
No hay nadie como tú
Los cielos cuentan de tu majestad
Cuán grande es tu bondad, Poderoso eres tú
Tu gloria es por la eternidad
Digno de adorar
Tú eres santo Dios.”🎶 Canción by Sarai Rivera.